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Los juegos de Nintendo en la Madrid Games Week

La feria del videojuego más importante en territorio nacional tuvo lugar del 18 al 21 de octubre en los pabellones 12 y 14 en el recinto ferial de IFEMA y hasta allí nos desplazamos para probar (casi) todo lo que Nintendo nos tenía preparados, y es que en el stand de la compañía kiotense y en algún otro de varias compañías third party hubo sitio tanto para juegos ya asentados en el catálogo como para próximas incorporaciones.

Viejos conocidos

Lo primero que hicimos nada más llegar a la feria fue comprobar que Nintendo Switch, en el relativamente poco tiempo que lleva entre nosotros, ha consolidado un catálogo de auténtico escándalo, ya sea hablando de títulos exclusivos, multiplataforma o incluso compartidos con la incomprendida Wii U; todos cuentan.

Así, pudimos rememorar lo que fue pasear por el vasto mundo de Hyrule con The Legend of Zelda: Breath of the Wild, saltar entre edificios con Super Mario Odyssey, o repartir estopa con estilo con Bayonetta 2.

Eso en cuanto a alguno de los títulos más antiguos, que, dada su trascendencia y su calidad, bien merecían su hueco, aunque también nos pusimos a los mandos de otros más recientes pero que también están ya con nosotros, como Dragon Ball FighterZ, que se ve de escándalo, pero al que le seguimos recriminando el haber llegado tarde a la consola, o Starlink: Battle for Atlas, la reciente apuesta de Ubisoft en el género de los shooter espaciales cuya mejor versión se encuentra precisamente en la híbrida de Nintendo. También estaban allí Super Mario Party, Hollow Knight, Monster Hunter Generations Ultimate, Splatoon 2, Xenoblade 2: Torna -The Golden Country-, Fortnite, Octopath Traveller o el kit 3 de Nintendo Labo, además de muchos otros ya disponibles. Variedad y juegos para todos los gustos y todas las edades en uno de los stands de esta Madrid Games Week que aglutinó a un público de mayor rango de edad, y es que fue bastante habitual encontrar infantes con sus padres pasándoselo en grande ya fuera de una forma tradicional o con la arriesgada genialidad que suponen los Toy-Con de Labo.

Decir, no obstante, que fuera del espacio reservado a Nintendo, echamos en falta más juegos para 3DS o Switch, aunque es verdad que tanto Microsoft como Sony o la propia Nintendo aglutinaban buena parte de estos desarrollos. Así por ejemplo pudimos echarnos unas partidas tanto a FIFA 19 como a NBA 2K19 tanto en la zona Nintendo como en la de Sony. En la de Sony contaban con cancha con canasta, carátula en grande para hacerte tú una foto y varios sorteos y exhibiciones, en la de Nintendo, bueno, había una consola de prueba. Algo similar ocurrió con el título deportivo de EA Sports, que estuvo presente pero de una forma austera; tampoco se merece más.

Esta falta de espectáculo es algo que lleva arrastrando Nintendo desde la primera edición hasta esta última, y no solo aquí, sino que es algo que se observa en todos los eventos a los que asiste. Está bien centrarse en los juegos y en los consumidores, pero no está de más dar a estos últimos una excusa para acercarse a tu espacio más allá de probar unas pocas novedades o de asistir a unos torneos, como los de Mario Tennis Aces, Splatoon 2 y Super Smash Bros. Ultimate, tan faltos de ritmo que parecían organizados para jugar en casa aprovechando el cumpleaños de alguien.

Las caras nuevas

Por fortuna, el poder echarnos unas partidas a esos juegos que vendrán hizo que nos olvidáramos del efímero sabor de la espectacularidad y centráramos nuestros sentidos en lo que de verdad nos había llevado hasta allí: los videojuegos.

Como el primer stand que había nada más entrar al recinto era el de Bandai Namco, allí que fuimos.

Nos resultó inevitable agarrar las baquetas de Taiko no Tatsujin: Drum ‘n’ Fun, juego que llega por primera vez a Europa y que en Switch lo hace en formato físico e incluso con un pack con el tambor, y empezar a tocar el tema central de los juegos de Kirby, además del opening del anime Evangelion. Es un juego que requiere una gran inversión monetaria si queremos tenerlo completo, por su periférico, pero que, por otra parte, justifica ese gasto presentando materiales de gran calidad y una propuesta única a día de hoy. En Nintendo Switch podemos simular su uso con los Joy-Con, pero la sensación nunca será la misma.

También pudimos probar la adaptación de My Hero Academia al género de los combates con My Hero One’s Justice. Nos sorprendió la fidelidad de movimientos, especialmente en los especiales, y que se haya intentado dotar de una identidad propia a un juego proveniente de una licencia, especialmente en un género tan manido. Por supuesto no todo iban a ser halagos, y es que algunos escenarios no están todo lo detallados que deberían y la cámara tiene problemas para seguir la acción desde el mejor ángulo en más ocasiones de las que nos gustaría, aunque esto puede que sea cuestión de acostumbrarse.

Quisimos seguir con Namco Museum Arcade Pac, el recopilatorio que lleva ya algunas semanas con nosotros, pero que un individuo no soltara la consola nos hizo desistir, aunque también darnos cuenta de que adictivo es un rato.

Ahora sí, nos dirigimos a la zona Nintendo donde, por supuesto, entramos directos a trastear el nuevo Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! con su Poké Ball Plus.

Lo hicimos en equipo, la forma más sencilla de jugar según sus creadores, aunque en solitario también nos pareció un paseo en una partida posterior. Será porque se parece más de la cuenta a Pokémon GO en el método de captura, o también porque no hay enfrentamientos contra Pokémon salvajes; claro que que durara un suspiro y que se desarrollara únicamente en el Bosque Verde tampoco ayudó demasiado. Aun así, comprobamos que se trata de un título bonito pero no espectacular en ningún sentido. La Poké Ball Plus, por su parte, no es más que un curioso (y pequeño) añadido el cual, más allá de lograr ambientarnos algo más, poco tiene que ofrecer.

Esperemos que sepa convencer a un nuevo público y que no se quede demasiado pequeño para los que hemos crecido con la saga, de momento las sensaciones son ambiguas.

No ocurrió lo mismo con Super Smash Bros. Ultimate, donde solo podemos decir cosas buenas de él.

Jugamos varias partidas a 3 jugadores y alguna más a 4, e incluso una al modo de 1 vs 1, y todas fueron la maravilla que esperábamos. Lo hicimos usando el mando de GameCube, por lo que el control era total siempre, aunque apostamos a que lo será escojamos el control que escojamos.

Super Smash Bros. Ultimate se ve de escándalo, mejor que el de Wii U, y eso que este último ya era un gusto para la vista, pero es que encima se controla como nunca. Es como estar ante lo mismo pero sentirlo diferente, y mejor.

Por supuesto jugamos con Ridley y la Inkling chica, y nos pareció que el personaje de Splatoon está un poco chetado debido al uso de la tinta, que ralentiza más de la cuenta el avance de los rivales. Claro que no ganó ninguno de los combates, así que tampoco debe estarlo tanto.

Por último nos pusimos a los mandos, o al volante, de los bólidos de Gear.Club Unlimited 2, la apuesta de Eden Games y Microïds en el género de la velocidad exclusiva para Nintendo Switch.

Aunque esta entrega está pensada, en principio, únicamente para la máquina de Nintendo, lo cierto es que nos dio sensación de continuidad, y es que el separarse tan solo 1 año de su primera entrega puede no haberle hecho demasiado bien.

Quede claro que mejora en prácticamente todo al primer juego, algo que se nota desde la primera carrera, donde veremos mejores gráficos y sobre todo más variedad de pistas y colores. También parece haberse pulido un poco el control, no le hacía falta más, aunque sigue contando con unos límites de pista excesivamente marcados. Veremos.

Escrito por
Señor Bichos para ti.

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