Super Bomberman R tiene el honor de formar parte de catálogo de lanzamiento de Nintendo Switch. Una franquicia, en manos de Konami, que llevaba cierto tiempo desaparecida y ha apostado por la nueva máquina de Nintendo para su regreso. Un título arcade que ofrece diversión sin complicaciones con un fuerte componente multijugador.
El modo historia de rigor
Super Bomberman R se puede disfrutar sólo o en compañía, gracias a la inclusión de un modo historia que nos invita a salvar la galaxia del malvado de turno, en una aventura no tan épica como cabría esperar. Es un modo de juego no demasiado interesante, que nos lleva poco tiempo completar dependiendo del nivel de dificultad escogido. Además, viene lastrado por muchas carencias. En primer lugar, la historia no podría ser más plana, con unos personajes que se esfuerzan por parecer graciosos en unas secuencias animadas con poco esmero que conectan los diferentes mundos por los que pasamos.
Mención especial merece el control, que se antoja algo impreciso para unos escenarios muy recargados de obstáculos. Esto da lugar a un movimiento poco fluido que en ocasiones hace que nos movamos más de la cuenta o no nos movamos en absoluto al tropezar con el escenario, causando muerte y frustración. No ayuda que la cámara, sobre la cual no tenemos ningún control, se sitúe en una vista que dificulta apreciar las elevaciones del terreno.
Los niveles se suceden uno tras otro repitiendo la misma fórmula hasta que llegamos al escenario del jefe. Para superar cada nivel tenemos que cumplir con el objetivo marcado, como puede ser derrotar a todos los enemigos, sobrevivir durante cierto tiempo o rescatar a varios personajes. Abrirnos paso entre estos escenarios no requiere de ninguna estrategia, al igual que para dar caza a los jefes no hay estrategia que valga. Es aquí donde la inteligencia del rival se sale de cualquier escala, haciendo que sea sumamente complicado alcanzarlo con nuestras bombas. Si milagrosamente conseguimos alcanzar una sola vez al jefe, cambiamos de tercio a un nuevo escenario abierto donde tenemos más libertad de acción y transcurre el verdadero combate.
La bomba con amigos
Donde de verdad destaca este Super Bomberman R, es en su modo multijugador que explota todas y cada una de las posibilidades de conectividad que ofrece Nintendo Switch. Podemos jugar en modo local con una sola máquina, conectar varias entre sí o jugar en linea con gente de cualquier parte del mundo en combates de hasta ocho jugadores. La simplicidad de las mecánicas hace que sea muy fácil empezar a jugar y la diversión en compañía está garantizada.
También podemos jugar solos contra rivales de todo el mundo en una suerte de modo clasificatorio que no es demasiado justo y ofrece una recompensa paupérrima. Algo que no hemos mencionado hasta ahora, es que podemos ganar monedas que podemos usar para cambiar nuestra apariencia, comprar niveles especiales o personajes desbloqueados. Con un pero, ya que los elementos de personalización se limitan a un puñado de sombreros, usar un personaje diferente no tiene ningún efecto sobre la jugabilidad y los escenarios, aunque suficientes, no tienen gran variedad.
Algo que se echa en falta cuando jugamos en linea, es la posibilidad de comunicarnos aunque sea mediante iconos o mensajes simples. Más grave es la escasa información que aparece en pantalla durante las partidas, al contrario que en el modo historia, no hay forma de saber que mejoras o habilidades han conseguido los jugadores. Tampoco se ofrecen muchas opciones de configuración a la hora de crear partidas y, a grandes rasgos, una vez has jugado unas cuantas poco habrá que te sorprenda.
Veredicto de Super Bomberman R
Super Bomberman R no es lo que esperabamos. Es un juego que puede llegar a ser muy divertido en compañía, con unas mecánicas simples que cualquiera puede entender y disfrutar al instante. Pero, se ha descuidado en exceso su modo historia, que además de breve se hace repetitivo. También sorprende el poco contenido que ofrece para ser un título no precisamente barato. En resumidas cuentas, un juego difícil de recomendar cuyo único atractivo reside en el multijugador.