Aunque hace ya algunos meses que aterrizó en Nintendo Switch, en estos momentos de capitalismo extremo y con la Navidad cerca estamos, quizás, ante un momento de mirar a nuestro niño interior. Y para ello, A Cat & His Boy (Un gato & su vato para el público latino) es una excelente oportunidad, pues ofrece un título conciso a un precio muy bajo.
Midnight & Leif, A Cat & His Boy
Leif es un niño que está viviendo la separación de sus padres. A pesar de ese momento difícil, lo que más le asusta es que acaba de descubrir que el universo es enorme y se siente muy pequeño. Sin embargo, no está solo, y es que a su vida acaba de llegar un nuevo miembro de la familia, el gato Midnight. Este último es el personaje que el jugador encarna para intentar ayudar a Leif a superar su miedo actual.
Todo ello se desarrolla en una historia que bien puede completarse en 30 minutos, a la que se le añaden logros, una versión prototipo y galería de arte y música para tener un paquete más completo. Eso sí, esa media hora da para mucho. Estamos ante una aventura con vista cenital al más puro estilo Game Boy (Pokémon o Zelda) en la que también se incluye una pequeña aventura de plataformas opcional y un minijuego de cazar bichos.
El objetivo es, como en una aventura gráfica, el intercambio de objetos para al final ayudar al pequeño Leif. Para ello nos movemos por los distintos rincones de la casa, encontramos algo y lo usamos en otro lugar. La historia cuenta, además, con varias misiones secundarias opcionales que merece la pena completar: una aventura 2D para recuperar el collar del gato y una búsqueda para rescatar a 10 ratones perdidos.
También hay ratones y cuervos
Puesto que GB es “la plataforma” que el juego quiere rememorar, se utilizan solo dos botones para todo (y uno es para maullar), quedando los botones superiores relegados a salir al menú externo o cambiar la distancia del zoom a la “pantalla” de juego que se ve dentro de nuestra pantalla.
Su estilo, como no puede ser de otra manera, se basa en blanco, negro y escala de grises para representar todo lo que nos rodea, con un estilo de pixel propio de la época de la portátil en la que se inspira, en el que destacada los momentos de diálogo y zoom (al ofrecer un mayor nivel de detalle). Con la música ocurre lo mismo, pocas melodías con un un estilo muy propio del chip APU, pero que consiguen que las tarareemos mientras juguemos (aunque luego no se queden en la cabeza).
A Cat & His Boy no es el GOTY, ni busca serlo. Es una experiencia pequeña, que sabe sacarte una sonrisa al terminarla, y que representa muy bien y con un diálogo muy acertado (con textos en español) toda la situación que plantea. Perfecto para jugarlo en algún momento en el que no se disponga de mucho tiempo libre.
Versión del juego analizada: 1.1.0