Nintendo sigue empeñada en vaciar nuestros monederos. Acabamos de analizar Astral Chain (este viernes podrá ser vuestro) y en tan solo un par de semanas tendremos ya con nosotros DAEMON X MACHINA, una propuesta en la que han participado grandes artistas expertos en la materia.
Las primeras horas de DAEMON X MACHINA sirven para ponernos en antecedentes sobre una historia que va de menos a más pero que, por lo que ya hemos podido comprobar, tarda bastante en arrancar, aunque su ágil sistema de misiones hará que los primeros compases se os pasen volando, afortunadamente.
En un futuro no muy lejano, una parte importante de la Luna ha caído sobre la Tierra y, para tratar de arreglar tal desastre, con un coste tremendo en vidas y construcciones, se ha desarrollado una IA implantada en varios robots con la misión de limpiar las zonas afectadas. Sin embargo, los pedazos lunares también trajeron consigo a unos mecánicos seres conocidos como los Immortals que además han infectado a esta IA terrestre volviéndola en nuestra contra. Nuestra misión, como mercenarios que somos, será la de acabar con tantos enemigos como sea posible o cumplir cualquier otra tarea que nos sea encomendada.
Porque DAEMON X MACHINA no funciona como un juego de aventuras y acción normal en el que las misiones se van sucediendo una tras otra, no. Como soldados a cambio de fortuna que somos tenemos mecenas, los consorcios, poderosos grupos con intereses tácticos y comerciales y, por supuesto, intenciones ocultas. Estos serán quienes asignen misiones que irán desde atacar sin piedad hasta defender una edificación o probar armas experimentales, y nosotros quienes las aceptemos. Nosotros hace alusión a los Reclaimers, un grupo de mercenarios que trabaja para sobrevivir y para poder pagar nuevas piezas y reparaciones para su Arsenal, el mecha en el que luchamos.
Este es el corazón mismo de DAEMON X MACHINA, basado en ganar dinero para mejorar nuestro robot para poder subir de nivel para aceptar misiones de mayor rango para ganar más dinero todavía. Fácil. Al principio algo simple en exceso, cierto, pero ideal para partidas cortas y llenas de acción.
Este es un elemento clave en el juego, ya que una vez aceptemos un encargo lo siguiente será irremediablemente disparar y disparar, tanto a bordo de nuestro Arsenal como fuera de él, donde, obviamente, seremos mucho más vulnerables.
En lo poco que llevamos ya hemos visto parte de la ingente cantidad de armas y partes de armadura que se adivinan en el título, objetos que podremos comprar, desarrollar o bien recuperar de enemigos caídos. La personalización parece que será un elemento clave aquí, tanto de máquina como de piloto. Necesitaréis saber bien qué equipar tanto en cada brazo como en cada pilón (espacio de reserva), ya que podréis alternar entre lo que llevéis en tiempo real, y pronto se sumará un elemento más, el femto, una misteriosa materia cargada de energía que ha servido para que la humanidad avance más deprisa en sus pesquisas tecnológicas, pero ¿a qué precio?
Por ahora no hemos podido probar su modo multijugador y lo que llevamos del modo historia no está siendo demasiado emocionante, aunque sus combates empiezan a ganar en intensidad (espectaculares lo son desde el primer minuto) y su argumento parece querer despegar, algo que esperemos no tarde demasiado en hacer. Sabiendo quién está detrás, de momento estamos tranquilos.
