Tras su inauguración el año pasado, Barcelona Games World 2017 volvió a demostrar por qué es el mayor evento de videojuegos en nuestro país. Era la primera vez que me acercaba a Barcelona para disfrutar de este evento, y la verdad es que, comparada con la Madrid Gaming Experience, esta convención es mucho mayor, mejor organizada, y con más eventos, conferencias y juegos de interés.
A pesar del aparente ambiente agitado de esos días (y que sigue presente en la capital catalana), los asistentes pudimos disfrutar de 4 días muy intensos, con actividades y títulos para todos los perfiles.
Nintendo Land
La cantidad de stands que había disponibles fue apabullante. Ya en el primer pabellón pude encontrarme con uno de los pesos pesados (y el que más os interesa), Nintendo, que había dispuesto su parte de la tarta como si se tratase de una odisea por sus títulos más prominentes. Juegos como Splatoon 2, Arms, Pokémon Ultrasol y Ultraluna o Fire Emblem Warriors, estuvieron disponibles al público en sus respectivos puestos.
Sin embargo, el más llamativo fue el de Breath of the Wild, con un árbol que llamaba la atención al contrastar con el resto de paradas, con pinta de ser menos “salvajes”.
Tampoco faltaron a la cita juegos de terceros, como NBA 2K18 o Fifa 18. Los dos títulos deportivos se expusieron de forma similar: el primero se situaba en una cancha de baloncesto, mientras el segundo hacía lo propio en un minicampo de fútbol con portería y todo. Los visitantes jugaban de dos en dos o de cuatro en cuatro, una de las mejores zonas para acudir si querías hacer menos colas.
En cuanto a Bethesda, tanto The Elder Scrolls V: Skyrim como Doom se encontraban en un espacio más íntimo, solamente disponibles en modo portátil. Ambos juegos lucían sorprendentemente bien en la consola, sobre todo Doom. A pesar de correr a 30 fps, la nitidez del juego es sobresaliente. Eso sí, queda por ver el resultado en un televisor, pero tengo la impresión de que más de uno optará por gozarlo de esta forma.
La estrella de la función
La guinda del pastel fue, sin lugar a dudas, Super Mario Odyssey, el juego que todos querían probar y que se llevo el premio a mejor título de la Barcelona Games World 2017. Mientras unos pudieron probar el Reino de Arena, yo opté por adentrarme en los callejones de New Donk City, exprimiendo los 10 minutos de los que disponía al máximo. Salté a la comba, me adentré en las cloacas, caminé sobre andamios e intente escalar alguno de los innumerables edificios presentes en el nivel, antes de que se me acabase el chollo. Aunque me supo a poco, ya pude discernir el grandísimo potencial que se esconde detrás de este juegazo, y espero con ansias su salida el próximo 27 de octubre.
Las colas para probar Super Mario Odyssey fueron inmensas, por lo que mientras optaba por echarle un vistazo al escenario que se hallaba a su derecha. Ahí se sucedían los torneos y las partidas comentadas, además de diversos concursos. Aunque no era comparable a la zona de e-sports (de la que hablaré más adelante), es interesante ver cómo Nintendo se involucra cada vez más en este mercado, e intenta integrar sus títulos en este mundo tan curioso como emocionante.
Leyendas de la industria
Alrededor de Nintendo se encontraban otras compañías como Badland Games, con una buena cantidad de ordenadores, además de Game, omnipresente en esta clase de eventos.
También estuvo Namco Bandai, que había dispuesto un stand dedicado a Pac-Man y a su creador, Toru Iwatani, presente en la Barcelona Games World 2017. El genio detrás del icono pop dedicó una charla muy interesante a su juego, además de una sesión de preguntas y autógrafos que no me podía perder. Otro invitado de lujo fue Ichiro Hazama, productor de Dissidia Final Fantasy NT, que contó con su propia zona en la parte de Sony.
En este mismo escenario, situado en otro pabellón, tuvieron lugar algunos de los actos más interesantes. Torneos de Tekken 7 y Mario Kart 8 Deluxe, concursos de cosplay, charlas varias acerca de la industria del videojuego y la entrega de premios de la Game Jam del evento, donde decenas de desarrolladores aceptaron el desafío de crear un videojuego en 30 horas.
Al otro lado de esta zona, los e-sports contaban con un gran escenario repleto de butacas, donde se disputaban la mayoría de las competiciones. Me comprometí a acercarme y verme alguna de las partidas que tenían lugar, en concreto de League of Legends, y me sorprendió ver el tipo de cobertura que tuvo. Previas con entrevistas y repasos de la temporada, análisis post-partida, reacciones del público, el mundo del deporte electrónico está evolucionando a un gran ritmo y ya se desarrollan como cualquier liga profesional más tradicional. Como dije anteriormente, me gustaría ver juegos como Super Smash Bros o Splatoon 2, gozar de este tratamiento.
Juntos, pero no revueltos
Justo en medio de la Barcelona Games World 2017 se encontraba una gran carpa para comer, repleta de restaurantes (caros, como esperaba). Aun así, en las zonas interiores también había puestos de comida, la mayoría japoneses. Yo opté por este de aquí abajo, que se encontraba en una de las zonas más interesantes: la de los indies españoles.
Muchos estudios españoles acudieron a la feria para enseñar con entusiasmo sus creaciones. Aquí pude descubrir muchas propuestas interesantes, con mecánicas innovadoras, estilos arrebatadores, e historias atractivas. Sin embargo, me quedo con las caras de los desarrolladores al preguntar sobre sus títulos, que se entusiasmaban con cada uno de los visitantes que acudían con curiosidad a sus humildes puestos.
Más allá de los indies me encontré a Sony, Activision, Blizzard, Koach Media, Warner Bros y Konami, además de otros títulos de EA y 2K. El contraste fue inmenso; pasé de los puestos individuales y poco poblados, a las grandes apuestas de los próximos meses y las colas interminables. Muchos juegos contaban con sus propias atracciones, desde una especie de Escape Room de Detroit Become Human hasta un Tie-Fighter gigante en la zona destinada a Star Wars Battlefront II, además de la realidad virtual de PlayStation VR.
Retro Barcelona 2017
Además de la zona de merchandising, solo queda otra por mencionar, mi favorita: Retro Barcelona. Entrar en la segunda planta del último pabellón fue como volver al pasado: tiendas de juegos retro e importados, consolas del siglo pasado, y muchas máquinas recreativas. Puestos con Super Nintendo, Sega Megadrive o PlayStation 2 (ojo, que esta generación ya se considera retro), poblados tanto de niños pequeños como de algunos que nunca dejamos de serlo. Aquí también se celebraron charlas, además de un conciertazo de la mano de Retroband Systems.
Me marché con la sensación de haber acudido a la mejor feria de videojuegos que se ha celebrado en España. La inmensidad de la propuesta y la ejecución de esta Barcelona Games World 2017 fueron brutales, y pocas compañías de peso se perdieron este evento, Xbox siendo la más notable. Esperemos que la próxima Madrid Gaming Experience se fije en su competición y podamos tener un evento a la altura de la capital madrileña.