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The Mooseman

¿Qué harías si tuvieses el don de poder ver el más allá y conocer cara a cara los males que atormentan a los vivos? Posiblemente volverte loco. Nosotros disfrutarlo en The Mooseman, un juego que nos permite conocer una cultura totalmente desconocida pero la mar que interesante.

Conoce un poco más el mundo

The Mooseman es una aventura de puzles. El título nos muestras las bases de la mitología Komi-Permiana, propia de algunas zonas rurales de Rusia. Esta cultura tiene muy presente a los espíritus y tiende a representar a los espíritus malignos, las que perturban a las persona, con forma de animales depredadores.

La jugabilidad se basa en el desplazamiento lateral en diferentes escenarios en dos dimensiones. Nosotros encarnamos a Mooseman, una especia de chamán, capaz de ver espíritus, un viajante entre dos mundos. Con simplemente apretar un botón podemos alternar entre la visión de un humano o la de los espíritus.

De esta forma nos abrimos paso por el mundo, sorteando obstáculos y evitando espíritus agresivos. Por ejemplo, hay un río y tenemos que hacer que el espíritu que posee un tronco se desplace hasta propio río para poder pasar. También en muchos casos alternamos ambos mundos pues en uno existe un camino que en el otro no y viceversa. A nivel jugable es un título bastante sencillo.

Narrativa visual

Dónde de verdad saca músculo Mooseman es en su narrativa, en su capacidad de mostrarnos su mundo a través de las imágenes. Sin necesidad de contárnosla con palabras. Que las hay, pero no consigue transmitirnos tanto con ellas. También hay que decir que muchas veces los textos no se han traducido ni al inglés, algo que nos ha parecido extraño.

Esto se consigue mostrando unas imágenes explícitas, en donde se conjuga una sociedad triste con lo antinatural y lo místico, la crueldad con la naturalidad de la vida y la muerte. Las imágenes se forman con planos de profundidad en donde predominan los colores oscuros y fríos con los colores vivos como el rojo sangre y ojos furiosos.

Siendo su apartado artístico lo más interesante del título, el componente sonoro no iba a ser menos. Compuesto por melodías místicas y cánticos religiosos Mooseman no deja indiferente a nadie.

En cuanto a su duración, Mooseman ofrece una experiencia de hora y media para contemplar los títulos de créditos. Tras esto nos quedaría la posibilidad de dar una segunda vuelta para completar los coleccionables, ya que hay alguno muy bien escondido, y entender mejor la historia con más piezas del puzle sobre la mesa.

The Mooseman es una de esas experiencias breves pero intensas. El comprador debe saber a lo que se enfrenta pero si quieres una temática alejada de los cánones y que te permita conocer puede que encuentres algo interesante aquí.

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