Hoy os vamos a hablar de Nuclear Blaze , un título cuya gran base se gestó en una jam de 48 horas por Sébastien Bénard (uno de los principales diseñadores de Dead Cells). Con un poco de esfuerzo posterior y colaboraciones para sonido y textos, este proyecto se acabó convirtiendo en el juego del que os hablamos, cuyo port y publicación a consolas ha corrido a carga de Red Art Games (con lanzamiento físico también).
Bombero salva el día (y a los gatos) en Nuclear Blaze
En este juego encarnamos a un bombero enviado a explorar un fuego en ciertas instalaciones. Hay una pequeña historia con detalles que se van narrando que le dan algo de trasfondo a lo que hacemos, pero aquí hemos venido a apagar fuegos y rescatar gatos (y a alguna cosa más). Así pues, la trama cumple para darnos un contexto y una justificación, pero no es ni de lejos uno de los puntos importantes del juego, y tampoco necesita serlo.
Dada su gestación, estamos ante un juego corto, pero tampoco tanto. La historia principal, compuesta por 22 niveles, puede completarse en unas dos horas (más o menos según los secretos que busquemos y lo eficientes que seamos). Una vez superada existe una versión más compleja, alguna dinámica extra, y con nuevos enemigos, caminos y contenido llamada Ahora verás. Existe además otro modo con fases propias para niños, en el que los controles se han simplificado bastante y algunas acciones se hacen de manera automática, por lo que es perfecto para todas las edades que sean capaces de coger un mando, y es un añadido muy interesante y que se valora muy positivamente.
En los niveles de los otros modos tenemos siempre como objetivo evitar que el fuego de la sala o salas que recorremos se extienda y así podamos avanzar al final de nuestro camino en 2D. No es algo fácil, porque hay algunas variables que tener en cuenta, pero todas ellas pueden modificarse en el menú. Y es que en accesibilidad el juego hace un trabajo bastante bueno ofreciendo diferentes aspectos personalizables relacionados con nuestra vida, el tanque de agua o como el fuego se reaviva, y además nos muestra una barra en la que veríamos cómo eso afecta a la dificultad. Y lo mejor de todo, eso es algo que podemos tocar en cualquier momento, por lo que la experiencia va a tener el nivel de reto que cada uno busque.
Progresión de personaje, niveles y puzles
Ahora, suponiendo que dejamos todo por defecto, en cada nivel vamos a tener que apagar los fuegos con nuestra manguera, la cual tiene una capacidad limitada, pero hay estaciones que la rellenan automáticamente. Incluso sin agua en el tanque, podemos echar un chorro mínimo para poder así movernos y no quedarnos encerrados entre llamas. Además de usar la manguera en distintas direcciones y saltar, nuestro héroe puede golpear algunas puertas para abrirlas y rodar, algo que es bueno para esquivar objetos que caen del techo, bocanadas de llamas que aparecen al abrir una puerta, llegar a lugares más lejos en el aire o quitarnos el fuego que tenemos encima (el fuego nos mata, pero si es poco, podemos apagarlo rodando). Algunas de estas habilidades deben ser encontradas primero, por lo que realmente sentimos una progresión de nuestro personaje y cada vez tenemos mayor complejidad de niveles vinculada a nuestras mejoradas habilidades.
Algunas acciones se hacen de manera automática (como subir un bordillo, algo que a veces nos puede quemar si no lo sabemos), pero en general el juego ofrece buenas dinámicas en su desarrollo para que podamos hacer muchos preocupándonos en pocos botones (nada de dos sticks ni cosas así). El juego cuida que todo el mundo aprenda y pueda pasarlo bien, y por ello la mayoría de elementos jugables (como manivelas o mangueras de contención del los niveles) se introducen en un entorno seguro y poco a poco los vemos en momentos más complicados, y a veces hemos incluso de elegir el mejor lugar para utilizar algunos objetos, por lo que hay cierto componente de puzle también. Además, cada nivel es relativamente pequeño, lo cual permite que sea fácil rejugarlos para encontrar al gato escondido (el coleccionable del juego) u otros secretos que nos aportan datos de la trama o que incluyen incluso algún cameo de otros juegos.
A nivel técnico encontramos un pixel art que cumple, y que hace un buen uso de color para contrastes, entre tonos rojizos y tonos azulados para que tengamos siempre presente lo que está vinculado a seguro y peligroso. Los escenarios tienen un buen diseño en su elaboración, aunque es cierto que artísticamente hay bastante reciclado en ese aspecto. La música acompaña muy bien, y vamos desde lo ambiental hasta ciertos temas que suben el nivel de intensidad. Por último, contamos con textos en castellano que hacen que todo sea accesible para todo el mundo, pero que es cierto que en algunos menús y avisos no están todo lo correctos que nos gustarían.
Nuclear Blaze hace mucho con muy poco, merece ser jugado y es una clase magistral sobre lo que es la esencia de un juego accesible a día de hoy. Un buen desarrollo que no se hace pesado, una progresión bien ejecutada y una duración adecuada que invita a que la segunda vuelta la hagamos con gusto, Puede ser algo corto para algunos, eso es cierto, pero casi todo lo que hace lo hace bien. Y digo casi todo porque el último nivel del juego pega una gran subida en la curva de dificultad, especialmente para los jugadores que han jugado a un ritmo calmado durante el resto de fases, y si bien pueden cambiarse ajustes para hacerlo más llevadero, no es lo que todo el mundo busca.
Versión del juego analizada: 1.0.0
