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25 años de Star Fox/Starwing

25 años de Star Fox, el primero, el de Super Nintendo, el auténtico y rediseñado por partida doble.

25 años de Starwing en Europa, de confusiones sobre ese cambio de nombre en nuestro territorio, pero sobre todo 25 años de diversión pura y directa de, posiblemente, la franquicia de Nintendo con más altibajos de su historia.

Pero no queremos ahora rendir homenaje a toda una saga, sino a ese primer juego que marcó un antes y un después en SNES y en el recuerdo de muchos de nosotros.

Polígono, poligosí

Estamos en 1990. La NES da sus últimos coletazos en Japón (en Europa y América aún aguantaría unos cuantos años más) y Game Boy domina con mano firme en el terreno portátil.

Super Nintendo está a unos pocos meses de ver la luz, y Argonaut Software, una empresa desarrolladora de software y hardware americana, está a punto de tambalear los cimientos de Nintendo al presentar a sus directivos durante el CES (Consumer Electronics Show) de 1990 gráficos poligonales en una Game Boy.

El juego que hacía gala de tales polígonos era Starglider, un simulador espacial con unos rompedores para la época gráficos en 3D que solo parecían estar al alcance de los más que prohibitivos ordenadores de antaño.

Como era de esperar, en Nintendo quedaron impresionados con el logro, tanto es así que no dudaron en fichar a Argonaut e incluso se llevaron a varios de sus miembros a Japón a desarrollar lo que estos últimos pensaban sería un chip gráfico para NES, nada más lejos.

Para sorpresa de los americanos, Nintendo, con Yamauchi a la cabeza, les suministró el prototipo del Cerebro de la Bestia, una consola de 16 bits que, ahora sí, daría vida al sueño de Shigeru Miyamoto que todos conocemos.

Pero ahí no acaba la cosa, ya que incluir esta tecnología en cada máquina supondría elevar el coste de desarrollo y por tanto de venta de Super Nintendo, así que hubo que optar por incluir en los cartuchos el célebre chip Super FX, un chip que lograba mostrar gráficos poligonales con cierta soltura (ahora nos parece impensable jugar a esos frames, igual es que nos hemos vuelto un poco sibaritas) y que no sería sino el miembro más destacado de una familia que contaba con otros nombres insignes como el chip DSP que dio vida, en su primera versión, a juegos como Super Mario Kart o Pilotwings, al contar entre sus virtudes con el Modo 7 de escalado y rotación.

SNES obró el milagro

Con nombre en clave NesGlider (quizás de ahí les viniera la confusión a los de Argonaut), Miyamoto se adentró en una auténtica aventura espacial que sorprendió en su época (1993) por sus gráficos (hoy poco más que triángulos flotantes), su jugabilidad, que situaba la cámara en la trasera del Arwing, dando espectacularidad al conjunto, y su contundente banda sonora. Si escuchas el tema de Corneria y no se te ponen los pelos del brazo como escarpias es porque no eres humano.

16 bits, eso es todo lo que necesitaba para mostrar 4 naves y algún que otro enemigo en pantalla, bueno, eso y la ayuda en forma de chip del cartucho, como ya hemos dicho.

Puede que la cruceta del mando de SNES no fuera la forma de control más cómoda del mundo para moverse en un entorno en 3 dimensiones, pero lo de dejarnos el pulgar era tan de la época como El Príncipe de Bel Air, así que poco importaba.

Así tomábamos el papel de Fox McCloud, líder del equipo Star Fox, en su lucha contra el malvado Andross, un desterrado científico quien, mediante su ejército de máquinas y otros subordinados, buscaba destruir el sistema Lylat.

3 caminos a recorrer en orden ascendente de dificultad pero todos ellos con varios puntos en común: la acción y los memorables enfrentamientos contra los jefes finales.

El que tuvo, retuvo, menos el nombre

Star Fox, Starwing, Lylat Wars en Nintendo 64… ¿Es que estamos todos locos o qué? No, a ver, como siempre pasa, menos en el cine que cambiaban los títulos de las películas prácticamente porque sí, hay problemas de copyright de por medio.

Contaba la leyenda que Star Fox en SNES se rebautizó como Starwing en Europa por problemas con un juego de Spectrum, Commodore 64 y Amstrad llamado Starfox, pero lo cierto es que se rebautizó porque en Europa había una importante empresa alemana llamada StarVox, y dado que Alemania es y ha sido siempre el epicentro europeo para Nintendo, no cabía otra solución; y otro tanto pasó con Star Fox 64/Lylat Wars. Luego la saga ya fue lo suficientemente conocida como para no preocuparse por cambios de nombre.

Sin embargo, en aquel tiempo a pocos nos preocupaban tales menudeces, así que nos limitamos a disfrutar como enanos (lo que éramos) y nos dejamos atrapar por todo lo que ofrecía este genial título que, por cierto, ahora podéis redescubrir junto a su hasta hace poco inédita segunda entrega.

Tal fue el impacto de este Star Fox de SNES que las entregas de Nintendo 64 y Wii U han sido prácticamente reinterpretaciones de esta primera aventura, repitiendo historia, jefes finales y multitud de escenarios, aunque, eso sí, siempre añadiendo algún toque único, porque Star Fox, para bien o para mal, no ha dejado indiferente a nadie con ninguna de sus entregas.

Por otros 25 años juntos.

Do a barrel roll!

Escrito por
Señor Bichos para ti.

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