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The Alliance Alive

Si os suena The Legend of Legacy, un J-RPG que apareció hace un par de años en Nintendo 3DS, The Alliance Alive os recordará mucho a él. No en vano es un título del mismo estudio de desarrollo, FuRyu, que propone en esta ocasión una evolución de su anterior juego pero con un sistema renovado, utilizando un mayor número de características propias. En América ha llegado bien acompañado de una edición de lanzamiento, pero en Europa nos tenemos que conformar con una edición digital (y en inglés).

Una Barrera con la que los demonios se hicieron con el control

Mil años atrás, los demonios invaden el mundo humano y, pese a no exterminarlos ni tenerlos excesivamente explotados como duros esclavos, los tienen controlados bajo su control con rígidas normas y, sobre todo, encerrados dentro de una barrera mágica que impide incluso que se pueda ver el cielo azul. La creación de dicha barrera supuso también la división del mundo por diversos cataclismos, además de la muerte de muchísimas personas. A día de hoy, con la situación de subyugación ya entendida como algo natural, con el mundo humano antiguo considerado leyenda, un pequeño grupo de héroes de distintas razas irá formando una alianza para cambiar su destino. Puede ser medianamente tópico, pero sus personajes, carismáticos, hacen más amena e interesante la historia.

Obviamente, más gente quiere rebelarse, pero nuestros personajes serán el nexo entre las diferentes facciones. Al principio con caminos separados, luego se unirán para hacer frente a su enemigo común. Todo ello en un RPG a la vieja usanza del estilo japonés, con ciudades, mazmorras y un mapa mundi. Mientras nos movemos por todos ellos, la pantalla inferior muestra el mapeado en grande con los puntos de interés y nuestra posición marcados en todo momento, y en la de arriba veremos la acción en estado puro, con modelos cabezones y simpáticos, lleno de color y detalles. Obviamente, hay secretos escondidos en algunos lugares no indicados, por lo que la exploración también es premiada.

Los combates no son del todo aleatorios. Los enemigos (monigotes genéricos que no reflejan los enemigos reales del combate) se ven en el mapa y lo mismo podemos evitar la lucha, o incluso pillarlos por la espalda desprevenidos para comenzar con ventaja. Incluso podemos intentar que varios enemigos nos sigan y juntarlos cerca para iniciar una cadena de combates, lo que supone no poder huir y no recuperarse entre combates, pero ganar más y mejores premios. Lo más interesante de conseguir, además de objetos para equipar o consumir (y recuperar parte de la vida y magia), son los puntos de talento, con los cuales podremos “comprar” habilidades permanentes para cada personaje. Estas habilidades permiten adquirir mejoras como reducir el número de puntos de magia de los ataques de un tipo de arma en particular u obtener ventajas en las tiendas.

Y una gran Alliance para luchar contra su tiranía

Ahora, las batallas. Con hasta cinco personajes a la vez, podremos realizar diferentes formaciones en tres filas, dándonos cada posición una serie de ventajas y de contras (y pudiendo cambiarla cada turno). A diferencia de juegos en los que existen clases, aquí todos los personajes pueden hacer casi de todo si se les sube el talento adecuado, pero hay algunos que cuentan con cierta ventaja inicial en alguno de ellos, como Ursula con la signimancia (magia de toda la vida). La clave de los combates está en que cada personaje puede tener dos armas a la vez, y golpear con la que más desee. Usar varias veces una de un tipo provoca el “despertar” de un arte, una habilidad que generalmente consume puntos de magia pero que realiza más daño, pega a un grupo o realiza alguna acción extra.

Estas artes pueden mejorar de nivel con su uso y, para hacerlo más interesante, los atributos que mejoran se dan en función de la posición en formación del personaje (por ejemplo, el arte sube ataque si el personaje está colocado en la fila más ofensiva). Existen por último unas artes especiales, de Ignición, que se activan en ciertos momentos y que sacan todo el poder del arma utilizada, a cambio de romperla. También está la opción de dejar artes bloqueadas para mejorar al resto. La personalización por tanto del progreso del personaje está en nuestras manos. No hay subida de nivel ni de rango al uso para los personajes , pero sí que hay pequeñas y aleatorias  subidas de vida y magia después de algunos combates. Los talentos ya mencionados suponen una alternativa a la experiencia y a la subida de atributos (mejoran con las armas equipadas) de personajes y la verdad, es un cambio un tanto raro – que a más de uno puede no gustarle – pero hace que no se obligue a tener que “levear” necesariamente para cierto punto del juego.

Otra clave del juego viene de su propio título, The Alliance Alive. Pese a que nuestro grupo de nueve personajes va a ser el protagonita de la revolución, otros personajes nos podrán ayudar. Llegados a cierto punto, varios tipos de torres de apoyo podrán ser construidas, y podrán subir de nivel si reclutamos a gente en las ciudades para que se hagan cargo de ellas, y podemos estar al tanto de ellas con notificaciones de sus progresos en la pantalla táctil. Pero lo interesante es saber qué ofrecen estas torres: generalmente apoyo en combate, como dar informacón de enemigos o incluso asestarles ataques a distancia. Este subsistema aporta mayor sensación de que todo el mundo de verdad está en la rebelión y no solo el grupo principal, y, para todo aquel al que no le guste o no quiera explorar la idea, es totalmente voluntario (puede ser ignorado en la mayoría de ocasiones).

En cuanto a diseño, personajes chibi simpáticos y con animaciones bonitas. Escenarios todavía más bonitos, con mayor variedad de detalle, como si estuviesen sacados de un libro de ilustraciones de paisajes. La banda sonora es la que se puede esperar de un RPG japonés de calidad, con diferentes tpos de melodías según el lugar y, sobre todo, una sensación en conjunto brillante. Por último, cabe señalar que a nivel de rendimiento todo va fluido, con pocas cargas y unos menús que operan bastante rápido.

The Alliance Alive no revoluciona el género de los J-RPG, pero ofrece cualidades para no ser el clon genérico de turno. Unos personajes simpáticos y un diseño artístico y sonoro muy buenos terminan de coronar a la obra, que mejora en todo a su predecesor – aunque sigue contando con una historia algo típica y acaba siendo algo repetitivo en los combates. También conviene volver a señalar la barrera del idioma, que para los menos duchos está ahí. Por último, no me gustaría acabar sin decir que éste quizás sea uno de los juegos que echemos más de menos en el panorama físico de Nintendo 3DS en Europa junto a Shin Megami Tensei IV (también traído por Atlus/SEGA), porque se merecería una edición como la que tuvo Legend of Legacy.

Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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