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Análisis de Bad Dream: Coma

Ya hemos visto con muchos títulos como Nintendo Switch se etá convirtiendo en un buen hogar para las aventuras gráficas, ya sean de estilo clásico o más moderno. Bad Dream: Coma es otro de estos títulos, pero que es difícil de englobar dentro de un grupo por su extraña propuesta y su estilo de dibujos negro sobre fondos de un solo color

You’re gonna have a bad dream

El juego comienza en una carretera y no sabemos nada de lo que estamos haciendo. Ya sea con el dedo en la pantalla o con puntero y botones, comenzaremos a probar con qué se puede interactuar y con qué no. Si jugamos con botones hay un pequeño icono que indica que con cierto objeto, animal o persona se puede hacer algo. Esto le da cierta ventaja al control con botones, ya que a veces tocar algo puede suponer un cambio en nuestro medidor de moral que modificará nuestro progreso, como puede ser el tocar un cuervo (que lo aplasta).

El juego no te guía casi nada y en varias ocasiones es complicado ver qué hay que hacer para avanzar. Los lugares en los que se pueden usar objetos tienen una marca si pasamos el puntero con ellos, pero hay objetos muy pequeños y que no destacan mucho en el escenario y que son vitales para avanzar. Esto hará que, si no estamos muy atentos, tengamos que volver atrás en más de una ocasión en busca de lo que nos hace falta para poder progresar, puesto que el desarrollo es bastante líneal.

Objeto aquí, objeto allá

La historia es extraña y confusa, puesto que tiene lugar en un mundo de sueños o pesadillas. Poco a poco todo puede coger sentido (o puede que no), pero nuestra mecánica para progresar es siempre similar: usar un objeto en un lugar determinado para bien avanzar o bien conseguir otro objeto que sí permita dicho avance. A veces el puzle a resolver no es el más lógico para una circunstancia normal, y contaremos con objetos que no sabremos muy bien qué hacen, así que en más de una ocasión nos tocará ir probando soluciones hasta dar con la buena.

El juego no es que sea un portento técnico, pero su estilo de tener ilustraciones cual libro viejo ante nosotros resulta llamativo, aunque no está bien aprovechada del todo. Encontrar objetos útiles puede ser complicado hasta que nos acostumbremos (como ocurriría en la realidad), pero en un juego puede llegar a frustrar. Por su parte, sus escasos pero efectivos efectos de sonido son interesantes, consiguiendo así una ambientación que nos atrapa.

Con una duración no muy elevada, en torno a las dos o tres horas (salvo que completemos múltiples campañas con distinta moralidad), la sensación que nos deja Bad Dream: Coma es un tanto extraña, pero agradable. No es una propuesta típica y eso atrae, pero a veces su simpleza visual y su su historia fuera de lo normal nos tendrán probando muchos objetos en un mismo lugar, y eso le pesa.

Resumen
Una aventura gráfica inusual que resulta interesante, pero que requiere paciencia y una buena visión de los escenarios.
6.5
Justo
Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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