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Análisis de Senran Kagura Peach Ball

La saga Senran Kagura tiene ya una buena cantidad de spin-off a sus espaldas, aunque todos cuentan con un denominador común inherente también a la rama principal: el erotismo de sus féminas protagonistas. Ahora un destacado grupo de ellas, entre las que no faltarán varias de las favoritas de los fans, se pasan al pinball en Senran Kagura Peach Ball, un juego ciertamente y como ya hemos dicho, erótico (para quien encuentre erótico el género ecchi, claro está), con una buena factura técnica y disfrutable por momentos pero que peca de escaso en cuanto a número de mesas, además de arrastrar otros fallos.

La excusa es el pinball

Senran Kagura Peach Ball es un juego de pinball… a veces, otras no es sino la excusa para ver a chicas vestidas de manera provocativa, oír (en japonés) y leer (en inglés) cómo se dicen cosas subidas de tono o con doble sentido, ver cómo reaccionan sus cuerpos a nuestros cachetazos y caricias y mirar qué tal les sienta cuanta menos ropa mejor. Pero vayamos por partes.

Centrados en su faceta “principal”, el pinball, este Peach Ball sorprende de inicio al incluir una historia bastante fantasiosa pero también original en la que Haruka, experta en químicos y pociones, transformará por error a sus amigas Yomi, Asuka, Yumi, Ryona y Murasaki, que estaban en el salón recreativo participando en el torneo del nuevo Shinobi Fighter 5, en animales, o casi, porque orejas, garras y cola de conejo, oso, perro, tanuki o gato sí tendrán, pero el resto de su voluptuoso cuerpo seguirá siendo de mujer.

Para devolverlas a la normalidad solo podremos contar con sus recuerdos y con la Peach Ball, para lo cual deberemos llevarlas, tras haber compartido con ella recuerdos de momentos íntimos, hasta la máquina de pinball. Allí la Peach Ball, que emite un cierto tipo de vibración, podrá devolverles su humanidad.

Será por lo tanto bastante curioso ver los diálogos con los que el resto de amigas tratarán de que estas mujeres bestia entren en la máquina de pinball, porque, además de divertidos, harán referencia a otros títulos de la saga y con ellos conoceremos un poco más íntimamente (de eso hay mucho) a nuestras protagonistas, que, eso sí, siempre resultarán ser algo crédulas y aniñadas en su comportamiento y comentarios.

Una vez a los mandos, el juego nos sorprenderá gratamente con su variedad de especiales y sus retos, pero serán tan solo una ilusión que se disipará cuando comprobemos que tan solo hay 2 mesas, dando igual el camino (uno para cada chica) que escojamos. Eso sí, las podremos jugar de día, atardecer y noche, pero no cambiará nada salvo la iluminación.

Los dos tableros (mesas) que hay están, afortunadamente, llenos de rutas y posibilidades, pero tampoco tardaremos demasiado en aprendernos todas ellas y después de hacer nuestra primera vuelta ya habremos visto todo lo que este Senran Kagura Peach Ball tiene que ofrecernos a este respecto.

Para devolver a las chicas su forma humana tendremos que cumplir una serie de objetivos como pueden ser llegar a un determinado número de puntos, hacer salir a las hadas 3 veces, meterla (la bola) en un sitio concreto, etcétera. Cuando cumplamos varios de estos quehaceres, será la ocasión de golpear a la chica que esté sobre el tablero para que comience así un minijuego, bastante entretenido, que siempre acabará, como diría Homer, con erótico resultado. Si repetimos dos veces más, bingo, chica humanizada.

Aunque sean a todas luces pocas, las dos mesas que hay son muy distintas entre sí, lo que no quitará para que enseguida tengamos cogido el truco a qué altura del flipper hemos de dar al pulsador para que vaya por donde queremos. Como Nintendo Switch no tiene gatillos analógicos, siempre transmitiremos la misma fuerza a las palancas y estas a la bola, por lo que los trucos y golpeos ajustados quedarán completamente descartados. Sin duda, un gran pero para los amantes de este analógico en orígenes juego. Además y al contrario que en otros títulos del mismo género, tampoco podemos elegir en modo tabletop ver las mesas en vertical, otra oportunidad perdida.

Más allá de las mesas

Además de su historia, Senran Kagura Peach Ball ofrecerá varios modos más, como Partida libre, donde elegir mesa, hora, chica, atuendo y bola y jugar por placer (y por puntos), o Dressing room, su segunda modalidad más completa.

Aquí podremos cambiar de ropa a las chicas entre un sin fin de trajes y complementos que conseguiremos jugando o bien gastando la moneda del juego. Es por ello que los más completistas tendrán aquí un pretexto perfecto para seguir jugando y repitiendo una y otra vez el mismo par de mesas, ya que no solo hay atrevidos conjuntos, sino también extensiones para el pelo, sombreros, collares…. Incluso podremos elegir sus Dakimakura, ya sabéis las almohadas largas con el estampado de las chicas en una pose provocativa.

Todo ello servirá para intimar con ellas en una especie de minijuego más en el que acariciarlas o darles pequeños cachetes en distintas partes del cuerpo y comprobar cómo funciona su motor de físicas. Y estad tranquilos, porque sus desarrolladores han pensado en todo y también podremos separar los Joy-Con de la consola y simular los movimientos de estas dos acciones, incluso la vibración HD tratará de hacernos sentir algo más.

Para terminar y si nos ha gustado la ropa que le hemos puesto a una o varias de las chicas, podremos recrear un diorama eligiendo personajes, poses (ejem…) y escenario, elementos que también conseguiréis jugando.

Como vemos, varias e interesantes opciones que nos harán jugar con aquello que hayamos conseguido, pero algo que no palia el hecho de que jugablemente se quede corto y más cortas aún se antojen sus dos únicas mesas.

Un despropósito numérico que no sabemos si se arreglará en parte en un futuro vía DLC, pero si así fuera, debería ser gratuito o tremendamente barato, que el juego base en digital ha salido por unos nada despreciables 39,99 €, ahí es nada para lo que trae. En definitiva, para los que busquen divertirse jugando al pinball, hay poco y regulero, pero los que busquen otras cosas, especialmente reunir coleccionables e interactuar con las chicas, hay algo más.

Resumen
Senran Kagura Peach Ball es bueno al principio, hasta que te das cuenta de que no hay nada más. Súmale un punto más si te gusta más conseguir coleccionables y equipárselos a las chicas que jugar al pinball.
5.5
Simple
Escrito por
Señor Bichos para ti.

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